Arte: Pintar con aerógrafo
Me he enamorado. Llevo todo el día mirando técnicas, marcas, accesorios, tipos de pintura, presiones de aire comprimido… El próximo estilo artístico al que me dedicaré será la aerografía. Adiós óleo, adiós acrílico, adiós pasteles, carboncillos y todo lo demás. Bienvenido nuevo y maravilloso aerógrafo. Si es que mola un montón!!
El caso es que hace años que conozco lo que es. De hecho, tuve uno de juguete cuando era pequeña. En lugar de funcionar con aire comprimido había que soplar por el tubo, jeje. Así salían los churros que salían con mi pedazo de capacidad pulmonar. Pero no ha sido hasta ahora que me he decidido comprarme uno y meterme de lleno en ese mundo. ¿El motivo? A saber. Quizá el viento soplaba del oeste y saturno se alineó con mercurio. Lo importante es que como ha sido obsesión repentina, ahora tengo tantísima información que me va a salir un post de tres kilómetros. A ver cómo lo resumo.
Empezamos por lo básico. Un aerógrafo es un utensilio de las bellísimas artes plásticas, parecido a una pluma, donde se introduce pintura líquida para ser vaporizada y con ello obtener efectos suaves. Como es lógico, si acercamos mucho el aerógrafo a la superficie donde estamos pintando, la pintura se le pega de forma mucho más concentrada, pudiéndose hacer líneas muy finas incluso y detalles minuciosos.