Una incubadora diseñada para el Tercer Mundo
Por Félix Maocho
19/11/2018
James Roberts de 26 años estaba viendo un documental sobre la guerra de Siria.
Una noticia le impactó, como consecuencia de la guerra, existía una alta mortalidad de bebés prematuros. Porque los hospitales, fuertemente dañado no podían ofrecer los servicios de incubadoras.
Él, en ese momento estaba en su último año de ingeniero y diseñador y buscaba un buen proyecto para finalizar su carrera, por lo que se puso manos a la obra, para tratar de resolver un problema que afecta a gran parte del mundo.
Según la OMS, de los cinco millones de bebés prematuros que nacen cada año, un millón muere, pero de ellos, un 75% de las muertes se podría evitar simplemente, con el uso de incubadoras que les mantuvieran en un ambiente térmico adecuado.
Si un bebé prematuro nace sin otros problemas asociados, tan solo precisa ser mantenido en un recinto de temperatura controlada, que impida su hipotermia. Sin embargo, estas incubadoras no existen en todos los lados, pues en muchos sitios no hay centros médicos y en otros, su coste, (alrededor de 16.000 euros), impiden o limitan el numero que pueden tener. Hacia falta por tanto modelos eficaces y menos sofisticados que cumplieran con las necesidades de una gran mayoría de los niños prematuros.
El resultado de su trabajo, fue el diseño de una incubadora, inflable, portátil y alimentada por una batería, capaz de funcionar en ambientes adversos.
Atacó también otro problema de las incubadoras tradicionales que es el riesgo de transmitir enfermedades de un prematuro al siguiente. El “moises” que contiene el niño, el un modulo hichable de muy bajo costo que se puede desechar al finalizar el tratamiento de un bebé. Y puesto que en muchos lugares se carece de establecimientos sanitarios diseño un equipo fácil de transportar y de manejar, capaz de funcionar enchufada a la red o en su defecto con baterías recargables.
Las características de la incubadora de James Roberts son las siguientes:
- Plegable, para facilitar su almacenamiento y transporte.
- Ligera, pesa un 90% menos que una incubadora convencional.
- Reduce el riesgo de infección, con fácil limpieza y “moises” reemplazable debajo costo.
- Robusta, diseñada para trabajar en entornos desfavorables.
- Alimentacion electrica a la red o con n baterías recargables.
- Modular, se pueden sustituir fácilmente piezas averiadas, si es necesario. .
El éxito alcanzado por este proyecto en la carrera de Ingeniería de Diseño en la Universidad de Loughborough, hizo que ganara el Premio Mundial a la Innovación Sir James Dyson en 2014 y le empujo a llevar ese proyecto a la practica, fundado la empresa mOm donde un equipo de ingenieros y expertos en diseño médico, junto con el asesoramiento de neonatólogos, parteras, enfermeras y otros especialistas clínicos, transformaron el primer prototipo que el diseño en la universidad en la incubadora mOm, que ya ha superado las fases de testeo, cumple con los estándares de incubación británicos y pronto iniciará los ensayos clínicos en el Reino Unido y en países de África Subsahariana.
Su modelo es plegable y económico y se controla electrónicamente. Basado en bombear un flujo de aire de temperatura controlada, crea un ambiente termorregulado que cumple con los estándares establecidos para las incubadoras convencionales. «Técnicamente, funciona igual que el resto de incubadoras. Lo que la hace diferente es que su diseño es compacto y ligero (pesa hasta un 90 % menos que los modelos tradicionales)», detalla Roberts. «Además, se puede plegar como si fuera un maletín. Así se puede transportar y almacenar en cualquier parte del mundo».
Está diseñado para ser utilizada por personal no experto en cualquier lugar, o mismo puede funcionar en un hospital, en un campo de refugiados, o ahí donde viva la madre del niño, incluso puede soportar el traslado desde el hospital hasta la vivienda, pues sus baterías le dan amplia autonomía. Es por ello muy adecuada para el África rural.
En este momento ya cuenta con una patente en Reino Unido y tiene pendiente el recibir la marca CE que la certifica como apto como dispositivo médico de Clase IIb en Europa. Recientemente Roberts ha ganado uno de los premios de Innovadores menores de 35 Europa 2018 de MIT Technology Review. La responsable del comité de inversión Rising Tide Europe 3, Victoria Hernández, y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Europa 2018, considera que «se trata de una innovación con un alto impacto social que resuelve un problema mundial».
Según cálculos de mOm, existen 600.000 centros de salud, ONG y hospitales, se podrán beneficiar de la incubadora mOm. Hasta la fecha han recibido solicitudes para suministrar 425 unidades y han ingresado unos 2,5 millones de euros de becas y fondos de capital riesgo.
No hay comentarios aún.
Deja una respuesta