Arte: Pintar con aerógrafo

Me he enamorado. Llevo todo el día mirando técnicas, marcas, accesorios, tipos de pintura, presiones de aire comprimido… El próximo estilo artístico al que me dedicaré será la aerografía. Adiós óleo, adiós acrílico, adiós pasteles, carboncillos y todo lo demás. Bienvenido nuevo y maravilloso aerógrafo. Si es que mola un montón!!

El caso es que hace años que conozco lo que es. De hecho, tuve uno de juguete cuando era pequeña. En lugar de funcionar con aire comprimido había que soplar por el tubo, jeje. Así salían los churros que salían con mi pedazo de capacidad pulmonar. Pero no ha sido hasta ahora que me he decidido comprarme uno y meterme de lleno en ese mundo. ¿El motivo? A saber. Quizá el viento soplaba del oeste y saturno se alineó con mercurio. Lo importante es que como ha sido obsesión repentina, ahora tengo tantísima información que me va a salir un post de tres kilómetros. A ver cómo lo resumo.

Empezamos por lo básico. Un aerógrafo es un utensilio de las bellísimas artes plásticas, parecido a una pluma, donde se introduce pintura líquida para ser vaporizada y con ello obtener efectos suaves. Como es lógico, si acercamos mucho el aerógrafo a la superficie donde estamos pintando, la pintura se le pega de forma mucho más concentrada, pudiéndose hacer líneas muy finas incluso y detalles minuciosos.

La aerografía se usa también para tunear los coches, motos, cascos y otras superficies, pero tranquilos, que no me ha dado por pintar llamas y tribales en ningún lado. El tunning se lo dejo a los aficionados del motor, que yo, por no tener, no tengo ni el carnet. Y luego están los de las maquetas, aeromodelismo, coches en miniatura y muñecos de juegos de rol con nombres extraños. Incluso para pintura corporal, de esas que usan el cuerpo humano como lienzo, o para maquillaje en casos especiales, para películas, envejecidos, etc. ¡Si hasta he encontrado un kit especial para aerografiar pasteles con pintura comestible!

Pero yo me centraré en lo mío, que es el arte más convencional, es decir, el que se hace sobre un lienzo a secas. Cuando lo domine a lo mejor decido tunear mis cosas, pero por ahora, prefiero no arriesgarme. (una tapa de portátil bien decorada queda genial, pero una mal decorada es una vergüenza)

Sigo con lo básico: tú metes la pintura en el recipiente cilíndrico que ves en la foto, y la gravedad la va dejando caer. Cuando aprietas el botón del aerógrafo, se abre la pequeña válvula y pasa una cantidad continua de pintura, que va siendo empujada por el aire comprimido que viene de un compresor o de un bote de aire (parecido a la laca, pero con más potencia).

Las pinturas que se usan suelen ser basadas en agua, como las acuarelas, los acrílicos y similares. Sin embargo, también podrían usarse esmaltes y otros materiales de acabados más brillantes. Me ha confirmado el amable y paciente dependiente de la tienda especializada, que se puede dar un fondo con pinceles corrientes y después aplicar el aerógrafo, por si tenemos uno de boca muy fina y no queremos eternizarnos. Lo cual me lleva a explicar, que las boquillas son de distinto diámetro. Las más grandes que he visto son de medio milímetro, y las más pequeñas, de 0,15. Creo que el que me voy a comprar yo tendrá 0,3 porque el equilibrio precio-precisión es bueno en ese caso.

Las marcas más famosas son Iwata (ees japonesa, y lidera el mercado por calidad, precisión, durabilidad y buena fama ganada durante décadas), Elite y Divilbiss. También son estas las que fabrican los compresores: las máquinas que cogen el aire del… aire, y hacen la magia de devolvértelo acelerado. Para los aerógrafos, los precios están entre los 70 y los 300 euros, a lo que hay que añadir la «manguera» o tubo que lleva el aire desde el compresor hasta el aerógrafo y una pieza que los une. (añadir 40 eurillos más). El compresor, lo he flipado cuando me ha dicho que costaba 400 euros. Pero luego mirando mucho más en Internet los he encontrado más baratos. Diría que entre 180 y 300 es lo más normal.

Una alternativa al compresor es usar una botella de aire comprimido, pero cuesta 20 euros cada una y no duran mucho. Lo bueno que tiene es que te lo puedes llevar donde quieras, al no tener que enchufarlo a la corriente. Si no hiciera tanto calor, en un parque se podrían sacar escenas muy bonitas, con los niños jugando. Una de las cosas que tiene la pintura aerográfica es que suele hacerse muy rápidamente. No me imagino tardando semanas en pintar algo como me pasa(ba) con los óleos.

La pintura a usar es la típica acuarela líquida (la marca reina es Schmincke) o también otros más de estilo acrílico, para dar un acabado más vivo. Los precios rondan los 3 euros para las baratas y alcanzan el máximo de 8 por botecito para cada color de los «de lujo».

Los temas que normalmente se repiten más en los artistas que utilizan esta técnica son los hiperrealistas, los de dibujo lineal tipo comic, manga o animación, los dibujos oscuros o de categoría gótica, sobre todo teniendo figuras femeninas como centro, los de temática guerrera o de videojuegos y algún otro, normalmente actual. Me extrañaría ver un bodegón pintado con aerógrafo, pero por poder, se puede hacer. Si os gusta el estilo, Luis Royo es uno de los más admirados en cuanto a dibujos gótico-festivos (alguno para mayores de 18 años, y algunos incluso políticamente muy incorrectos en los tiempos que corren. Pero espero que no os escandalicéis. Es una forma de arte, como… ¿los toros? ¿las pinturas de la época negra de Goya? ¿Los Cristos sangrantes clavados en cruces que cuelgan en algunas paredes y que se representan en tantísmos cuadros? Pues eso, que si nos escandalizamos no ganamos para Ventolín, así que mejor quedarnos con el aliento dentro). Algunas de las portadas de los discos de Avalanch son de Royo. Boris Vallejo es también del estilo.

Dejo un vídeo donde se explica cómo aerografiar sobre tela, y podéis ver el funcionamiento del instrumento en acción. Y también pongo algunas imágenes creadas con este estilo.

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